Sábado 16 de abril de 2011: llegó este día y con él, lo que nadie de la familia quería aceptar, escuchar, asimilar. Este día se cumplirían los designios de Dios de que todos nacimos con un objetivo en esta vida, y al final, todos tenemos el mismo final. Pero sin duda el objetivo de la tuya sería traernos FELICIDAD, así en Mayúsculas, felicidad grande, felicidad para todos.
Esta es una de las razones por las cuales hoy duele tanto que no estés aquí, porque ESA SONRISA BLANCA AOMPAÑADA DE TEZ MORENA NO ES FÁCIL DE OLVIDAR, ni de despedir, porque no es fácil pensar que ya no estás con tus locuras, siempre dando de qué hablar para bien, siempre generando sonrisas en los demás.
Hoy me pregunto. ¿Qué somos en realidad las personas?, ¿de dónde venimos y para dónde vamos? ¿Qué nos hacemos al no estar más de manera presente ante los demás? ¿Será acaso que solo nuestro cuerpo reposa en una linda cajita de madera, mientras nuestro espíritu queda como moléculas de aire acompañando a nuestros seres queridos en cada paso? , ¿Será eso?, pues no sé si la respuesta correcta sea esa o no, pero en este momento es lo que mi corazón me dice y es lo que quiero seguir, es en ese pensamiento donde me siento mejor y es con ese con el que me quiero quedar.
¿Sabes? Hace algún tiempo venía recordando los instantes que pasé contigo, y casualmente, en todos ellos estuvo presente mi sonrisa, sí esa que me lograste sacar desde el primer instante que nos vimos, recuerdo cómo en aquella ocasión estaba tan triste de llegar a un lugar nuevo y de separarme de seres como mi madre y mi querida abuela, ese día mi tristeza (creía yo) era más grande que yo, pero ese pensamiento cambió radicalmente cuando llegaste a limpiar mi cara y a hacer locuras, payasadas, o como quiera que se llamen… hasta que por arte de magia, pasé de estar tan triste para estar FELIZ, para sentirme consentida, para sentirme BIEN, como quería, como me hacía tanta falta. Tú lo lograste y junto con la foto que tengo en tus piernas, ese es el mejor de los recuerdos que tengo y tendré tuyos, por siempre.
Pero como estoy haciendo recuento de esos momentos, no puede quedar por fuera aquél día en el que después de “reprocharte” con tu mami y por teléfono el que no estuvieras en el que creía el mejor día de mi vida, aparecieras sorpresivamente, ese día estaba con mi esposo, recién casada y feliz, ¿lo recuerdas? Estábamos tomados de la mano, pero cual fuera mi reacción al verte, soltar la mano y acto inmediato correr a tus brazos con un gran gesto y un gran saludo de: “mi amoooor” que casi me causa un gran problema, hasta que expliqué que eras esa personita de la que tanto había hablado pero que no aparecía por ninguna parte, ese día (le doy gracias a Dios que me lo permitió) decirte cuanto te quería y cuanto te había esperado en aquella fecha.
Pero también hoy sé que aunque es inevitable la tristeza, no debo (o debemos) vivirla, tenerla presente siempre, pues si estuvieras acá no dejarías que nadie estuviera con caras tristes, y así es como debemos seguirte recordando, como la persona que SIEMPRE, SIEMPRE generaba una GRAN SONRISA en quienes lo acompañaban. Como ese NEGRO HERMOSO que donde llegaba daba de que hablar, ¡pero hablar para bien! Que con sus payasadas, siempre lograba atención.
También sabes que las lágrimas derramadas por tu ausencia, llegarán a su fin, que éste sería el paso que quería dar para terminar con ellas. Que te lo prometo y que espero cumplirlo, aunque me siga doliendo el hecho de no alcanzarte a ver como lo tenía pensado, que pienso que hubiera querido un par de días, pero que solo Dios sabe la razón por la cual las cosas suceden como Él quiere y no siempre como nosotros queremos.
Adiós mi negrito, EL NEGRO DE LA SONRISA HERMOSA DE LA FAMILIA, EL NEGRO HERMOSO; MI NEGRO HERMOSO!
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